jueves, 18 de marzo de 2010

Dar poder + Seguridad

Marzo 17
Dar Poder

Tú puedes pensar. Tú puedes sentir. Tú puedes resolver tus
problemas. Tú te puedes cuidar solo.
Estas palabras con frecuencia me han beneficiado más que el consejo
más elaborado y profundo.
Qué fácil es caer en la trampa de dudar de nosotros mismos y de los
demás.


Cuando alguien nos cuenta un problema, ¿cuál es nuestra reacción?,
¿creemos que necesitamos resolvérselo a esa persona? ¿creemos que el
futuro de esa persona se basa en nuestra habilidad para aconsejarla?
Eso es pararse sobre arenas movedizas, que no es de lo que está
hecha la recuperación.
Cuando alguien está luchando con un sentimiento, o una ciénaga de
sentimientos, ¿cuál es nuestra reacción?, ¿qué la persona nunca
sobrevivirá a esa experiencia? ¿qué no está bien que alguien
sienta?, ¿qué esa persona no saldrá de esto intacta?
Cuando una persona se enfrenta a la tarea de asumir la
responsabilidad de su vida, y sus conductas, ¿ cuál es nuestra
respuesta?, ¿qué la persona no puede hacerlo?, ¿qué debo hacerlo yo
mismo para salvarla y que no se desvanezca en cenizas?, ¿qué no se
desmorone?, ¿qué no fracase?


¿Cuál es nuestra reacción hacia nosotros mismos cuando encontramos
un problema, un sentimiento, o cuando enfrentamos el trabajo de
asumir la responsabilidad de nosotros mismos?
¿Creemos en nosotros mismos y en los demás? ¿Le concedemos poder a la
gente- incluyéndonos a nosotros mismos- y a sus capacidades? ¿o le
damos poder al problema, al sentimiento o a la irresponsabilidad?
Podemos aprender a observarnos a nosotros mismos. Podemos aprender a
pensar y a considerar nuestra respuesta antes de responder. "Siento
mucho que estés teniendo ese problema. Sé que puedes dar con una
solución. Parece que tienes por ahí algunos sentimientos. Sé que los
sabrás manejar y estarás del otro lado".
Cada uno de nosotros es responsable de si mismo. Eso no significa
que los demás no nos importen. No significa que de una manera fría,
calculada, le retiremos nuestro apoyo a los otros. Significa que
aprendemos a amarnos y a apoyarnos a nosotros mismos de maneras que sí
funcionan. Significa ponernos en contacto con amigos que nos aman y
nos apoyan de maneras que si funcionan.


Hoy me esforzaré por dar y recibir apoyo que sea puro y conceda
poder. Trabajaré por creer en mí mismo y en los demás, y en nuestra
mutua capacidad para ser competentes al lidiar con sentimientos, al
solucionar problemas y al asumir la responsabilidad de nosotros
mismos.


Seguridad

Uno de los efectos a largo plazo de haber vivido en el seno de una
familia disfuncional –de niños o de adultos- es que no nos sentimos
seguros.


Mucho de lo que llamamos codependencia ocurre porque no nos sentimos
seguros en nuestras relaciones. Esto puede hacer que controlemos a
otra persona, nos obsesionemos con ella o nos concentremos en la
otra persona, al tiempo que nos descuidamos a nosotros mismos o nos
cerramos a nuestros sentimientos.
Podemos aprender a sentirnos seguros y cómodos como parte de una
actitud amorosa, cuidadosa, hacia nosotros mismos.


Con frecuencia empezamos a sentir una sensación de seguridad y
comodidad cuando nos decidimos a asistir a las reuniones de los
grupos de Doce Pasos de grupos de apoyo. Estar con un amigo o amiga,
o hacer algo bueno por nosotros mismos nos ayuda a sentirnos amados y
protegidos. A veces, buscar a otra persona nos ayuda a sentirnos
seguros. La plegaria y la meditación nos ayuda a afirmar que nuestro
Poder Superior cuida de nosotros.
Ahora estamos a salvo. Podemos relajarnos . Quizá otros no hayan
estado ahí para apoyarnos de una manera consistente, que valga la
pena, pero estamos aprendiendo a apoyarnos a nosotros mismos.


Hoy me concentraré en hacerme sentir a mí mismo seguro y cómodo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario