domingo, 13 de diciembre de 2009

Pasando las fiestas solo

Empecemos por el principio: pasar las fiestas sol@, no es lo mismo que estar sol@. Y estar sol@ no es lo mismo que sentirse sol@.


Las celebraciones de fin de año son un evento inevitable a nivel internacional. En lo personal, para algunos es un motivo de ánimo y entusiasmo, de encuentros, de barajar y dar de nuevo. Para otros, simplemente es un motivo más de dolor y tristeza.


Reflexionando sobre el tema de este título, veo dos situaciones como mínimo: cuando realmente no tenemos familia o amigos para pasar las celebraciones o cuando elegimos pasarla solos.


En el primero de los casos, si no tenemos familia o amigos, pero deseamos estar acompañados en ese momento, es posible encontrar con quienes.


Hay una gran cantidad de oportunidades para compartir con alguien las fiestas; esto ocurrirá si estamos atentos y abiertos y no nos apegamos a las formas en cómo pensamos que deberían ser las cosas. Si observamos detenidamente, encontraremos oportunidades de compartir con gente amigable y generosa.

Interpreto que todo tiene que ver con tres cosas al menos: el deseo, la actitud y la elección.


EL DESEO

¿Qué quiero realmente para estas fiestas? ¿Quiero estar sol@ o acompañad@? El deseo, desde mi punto de vista, es el factor determinante. A veces es opacado por una mentalidad pesimista, negativa, que no observa posibilidades ni oportunidades; sin embargo y gracias a Dios, la mentalidad se puede cambiar.

Lo mas importante es determinar qué quiero para estas fiestas ¿Estoy en contacto con lo que en verdad deseo? Esto es modificable: a veces y por distintas causas, el deseo de congela o se desvanece, pierde potencia. Preguntate: ¿Cómo quiero pasar estas fiestas: sol@ o acompañad@?


LA ACTITUD

Esto depende directamente de la mentalidad, es la manifestación de nuestra manera de pensar y de nuestro sistema de creencias. Si nuestra mentalidad es negativa, nuestra actitud será negativa, nuestra autoimagen será negativa, y todo lo que pensemos, hagamos y digamos estará teñido de negatividad y pesimismo.

Entonces luego de haber determinado tu deseo, preguntate: mi actitud manifiesta, ¿expresa mi deseo? Observate, escuchá lo que dice la gente acerca de vos: qué hacen, cómo responden, mirá tu imagen en el espejo ¿qué te inspira? Componé la imagen corporal que te gustaría proyectar y practicala diariamente. Todo esto para recaudar información acerca de vos mism@ porque casi seguro que no sos así como pensás que la gente te ve. Seguramente habrá mucha información valiosa que te puede enseñarr cosas de vos. Algunas te gustarán, y otras no. Es con ellas con las que podés trabajar para generar la actitud que atraiga a tu vida todo lo que deseas.


LA ELECCIÓN

En base al deseo y a la actitud es que tomamos nuestras decisiones y elegimos. Decisión y elección van de la mano. Decido ir por lo que deseo y elijo qué tomar y qué dejar. Siempre estamos decidiendo y eligiendo, estemos más o menos concientes de ello.

Si decidimos ejecutar nuestro deseo y elegimos aquellas acciones que nos acercan a él, lograremos aquello que nos propongamos y nuestra energía y alegría se incrementarán. Por ejemplo, supongamos el caso de una persona que no tiene con quién pasar la Navidad y el Año Nuevo y desea estar acompañad@. Que piensa que la gente esta con su familia y amigos y que está sol@. No quiere incomodar, invitar le da vergüenza o piensa que le dirán que no. Y entonces decide pasarla sol@ eligiendo lo contrario a su deseo. Se siente infeliz, abandonad@, se auto compadece y las fiestas terminan siendo un infierno.

Desde luego nos estamos enfocando en el caso de alguien que no tiene con quién pasar las fiestas pero en realidad desea pasarl@ acompañad@.

En el otro extremo de la situación está la persona que sí tiene familia y con quienes pasar las celebraciones, pero decide y elige permanecer sol@ en esas ocasiones. Es una elección, es libertad, no necesariamente tiene que haber algún problema en el ánimo.


¿CUÁLES SON LAS OPCIONES?

Siguiendo este simple esquema es como podés hacerte un planteo de lo que deseás y de cómo llegar a conseguirlo.

Deseo: Supongamos que ya determinaste que deseás pasar las fiestas acompañad@.

¿Con quién querés pasarlas? ¿Esa gente esta disponible? ¿Podés pasarlas con ellos? ¿Con quienes más podrías estar? ¿Están disponibles? ¿Que pasaría si sos vos quien invita a la gente con quienes quisieras estar? ¿Y si te dijeran que no? ¿Qué podrías hacer? ¿Te cerrarías o te abrirías a las sorpresas que puede depararte el universo en tu vida? ¿Y si hubiera mejores opciones y personas con quienes compartir?

Una vez determinado, pensado y elegido tanto el deseo como las posibilidades que tenés disponibles, es tiempo de crear una actitud que sea coherente con dichas pautas. La actitud es lo mismo que la disposición: mostrarte disponible, amigable, abiert@, alegre.

Muchas veces resulta difícil porque nos sentimos mal con la realidad que observamos en nuestra vida. Como dije al principio, creo que el punto crítico es el del deseo y la elección: qué deseás y qué vas a hacer para lograrlo.

Si querés pasar las fiestas sol@ y es una elección, está perfecto, no hay tristeza ni amargura; pero si querés realmente pasarlas acompañad@, necesariamente tenés que poner tu creatividad y energía en acción. No hay motivos para que no puedas alcanzar todo lo que deseás, especialmente cuando se trata de compartir con otros y ser feliz.

La elección es tuya: aplicá, ocupate, dedicate a conseguir tu deseo de compañía y si lo deseás de corazón y accionás, en estas fiestas no te sentirás sol@.

Contame cómo te ha ido y saludame para estas fiestas ¡Estaré encantada de tener noticias tuyas!

Un fuerte abrazo.

Liliana
romanoliliana@gmail.com

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